El Gran Aventurero Víctor

Había una vez un gatito extraordinario llamado Víctor, el más inteligente, curioso y audaz de todos los felinos. Con su pelaje suave y sus ojos brillantes como lunas, exploraba cada rincón de la casa como si fuera un valiente explorador en una selva misteriosa.
—¡Nada se escapa de Víctor!— decían los humanos al verlo abrir armarios con destreza, deslizando su patita bajo las puertas hasta escuchar el clic liberador. Los cajones eran su siguiente desafío: saltaba, tiraba con sus uñas precisas y, ¡voilá!, encontraba calcetines escondidos, lápices olvidados o incluso algún juguete perdido.
Durante el día, Víctor escalaba montañas de sofás, cruzaba precipicios de estanterías y acechaba criaturas imaginarias (también conocidas como sombras o moscas voladoras). Pero toda esa energía de supergatito necesitaba su recompensa: largas siestas bajo el sol, en lo alto de su torre rascador.
Allí, convertido en un rey dormilón, soñaba con hazañas aún mayores: ¿Quizás mañana abriría la nevera? ¿O encontraría el legendario Botón que Controla los Ladridos del Perro del Vecino?
Pero por ahora, ronroneaba feliz, con las patitas estiradas y el sol acariciando su barriga. Porque incluso los gatos más inteligentes saben que, después de una gran aventura… ¡lo mejor es un gran sueño!

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