El Suspiro del Amado

I. El Aliento Final
En el umbral del tiempo,
entre el luto y la aurora,
tu último suspiro, Cristo,
fue semilla que ahora dormía.

No fue silencio de derrota,
sino canción en pausa,
como la tierra que calla
antes de romper en savia.

II. El Descanso del Guerrero
Descansas, oh Verbo eterno,
no en tumba, sino en seno:
el vientre de la tierra
te acoge como grano de trigo.

Los ángeles velan tu sueño,
—¡qué paradoja divina!—
el Creador, hecho arcilla,
yace en cuna de espinas.

III. El Sábado del Universo
El cosmos contuvo el aliento,
los ríos dejaron su canto,
hasta el viento se arrodilló
en el gran sábado santo.

Mientras tú, Rey escondido,
labrabas en sombras el camino:
la muerte, como seda rota,
se rasgaba por tu destino.

IV. Preludio de Gloria
Oh sagrado reposo,
último eco del «Consumado es»,
tu quietud no es ausencia,
sino latido que prepara la resurrección.

Por eso hoy la esperanza
tiene sabor a madrugada:
la Piedra que cubren las sombras,
¡es ya cimiento de la alborada!

Amén.

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