
Eras dulzura envuelta en papel brillante,
pedacito de luz entre mis dedos,
ahora solo memoria derretida,
azúcar que se fue con lo que yo quería.
¿Dónde estás, caramelo de otros días?
El que sabía a abrazos sin palabras,
a tardes lentas y a risas bajas,
a todo aquello que ya no regresa.
Se deshizo en mi lengua tu presencia,
como se fue la infancia sin aviso,
como los veranos que no vuelven,
como las manos que soltaron las mías.
Queda el gusto a melancolía y tiempo,
el eco de algo que no pude guardar…
—dulce fantasma entre mis labios—,
caramelo que ya no he de encontrar.
Precioso!!
Muchas gracias 😘