El Rey Ratón

Hace ya mucho tiempo, en un lugar del que no recuerdo el nombre, solo que era cerca de una pequeña aldea en la montaña, un gran acontecimiento estaba teniendo lugar:


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Suenan las trompetas y el tambor. Se abre el telón…

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Un ratoncito aparece de repente en un gran salón. Lleva algo brillante en la cabeza… Sus bigotes son negros muy largos. Este vestido de una forma especial. Un chaleco abotonado de color azulino. Sus botones dorados deslumbran, como el sol, si los miras fijamente. En la mano derecha lleva un bastón, ¿le costará caminar o es muy mayor, o tal vez esté enfermo? Tendremos que esperar un poco más para averiguarlo. No seáis impacientes. El ratón tropieza, una arruga en la alfombra de color rojo por la que camina, altivo, desenfadado. Se levanta sin más, en su rostro no hay ninguna señal de preocupación. Se sacude el pantalón de color blanco y continua su camino. ¿Adónde se dirige? ¿Qué será esa cosa que brilla tanto en su cabeza? ¡Vaya! Cuantos enigmas tendremos que descifrar. ¿Habrá muchos más secretos, tal vez tesoros escondidos? De repente se queda obscuro ¡Oh no! Brilla, solo se ven luces que parpadean en la parte de arriba, en el medio, como si estuvieran flotando en el aire ¿Qué podrá ser?

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¡Oh! Suena un tintineo en el suelo, algo se ha caído. Lo que sea, brilla ahora intensamente en el suelo.

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¡Oh! Suena un tintineo en el suelo, algo se ha caído. Lo que sea, brilla ahora intensamente en el suelo.

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A ver chicos, pensemos un poco. «Una alfombra amarilla y roja, un ratón elegante, algo que brilla en la cabeza, un bastón». Usad vuestra imaginación: ¡Si! Una corona, un rey y está caminando hacia su trono por la alfombra roja y en la mano lleva el bastón de mando. ¡Claro eso es! Un Rey ratón. Pero que listos sois. ¡Bien!

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Suena una música, ¿Sabéis que melodía es? Beethoven. «El Himno de la Alegría». Dile a mamá que te la busque en internet, pulsa el botón de Play y escucha.

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De repente, se mueven esas grandes cortinas rojas y negras… ¡Oh! Una linda ratoncita, su vestido largo, blanco, de princesa. Su lacito rojo a un lado de su cabecita. ¡Sí! Que listo eres, «La Ratita Presumida» ¿Qué ocurre? ¿Qué hace en este cuento? ¿Se habrá despistado? Pues no, ¿Queréis saber que ocurrió en realidad?

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Una mañana cabalgaba despacio, tranquilo a lomos de su poni marrón, cuando escuchó una linda voz que tarareaba una canción. Intentó localizar de donde procedía y al no verla, decidió desmontar y acercarse caminando despacio. Y cuál fue su grata sorpresa cuando junto a una casita azul, una pequeña y linda ratita, barría la puerta con esmero y con cariño, mientras su coqueto vestido blanco y rojo se mecía por la brisa del viento. Observo con prudencia y se quedó prendado de su belleza y sencillez. Le cautivó aquella suave voz. Sin más decidió no perder el tiempo y la invito a su casa a cenar.

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Cómo iba a pensar la ratita que su casa era un palacio y su admirador un rey.
Y en ese momento en que tú llegaste a este cuento y comenzaste a leer esta historia, se estaba celebrando la boda del rey ratón y la ratita presumida.
Y ellos querían comer rascarse las narices juntos para toda la eternidad.


FIN

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