
Ahora vivís en el alba perpetua,
en una estrella tejida con silencio y rocío,
donde Dios os ha dado por casa
el cielo más azul de su jardín.
Madre, hermano, almas gemelas,
no es el viento quien susurra en los pinos…
son vuestras risas, finas como seda,
que bajan en espirales de luz.
Junto al río de la memoria,
hay una rosa blanca en la orilla:
sus pétalos no caen, no mueren,
porque los riega vuestra ausencia serena.
En la montaña hay un banco vacío,
donde el atardecer se queda dormido.
Ya no estáis, pero el aire guarda
el calor de vuestros nombres.
No lloro, porque me habláis
en el arrullo de las hojas,
en el canto del grillo al anochecer,
en el perfume de la tierra mojada.
Dios os viste de eternidad,
yo os visto de recuerdos.
Y cuando la noche se hace fría,
miro arriba… y ahí brilláis.
— Descansad en la estrella. Descansad en mi fe. La rosa sigue intacta, y el banco… os espera.
(Con símbolos de la rosa blanca como pureza eterna, el banco vacío como presencia en la ausencia, y la estrella como refugio divino. La naturaleza dialoga con el alma, y el dolor se transfigura en paz.)
Siempre las personas queridas aunque no estén presentes,la tenemos en nuestro corazón,algunas veces está más cerca de lo que pensamos
Muchas gracias 😘