
Y como no, tengo que hablaros de lo, o mejor dicho, quien inspiró, mi último cuento, que ya está a la venta: «De la Tierra a Urda».
Antes de que existieran las palabras de este libro, existió una melodía. Antes de que Teresa, mi joven protagonista, emprendiera su viaje desde la Tierra hasta el mágico planeta Urda, una talentosa violinista de nuestro mundo ya estaba trazando su camino con las cuerdas de su instrumento.
Este cuento nació de una inspiración tan real como extraordinaria: mi sobrina, Teresa. Observar su dedicación, ver cómo sus pequeñas manos extraían emociones profundas del violín, me hizo imaginar un universo donde la música pudiera ser, literalmente, la llave que abre portales a otras realidades.
Teresa, eres mi musa de carne y hueso. Cada nota que tocas es un latido del corazón de esta historia. Este libro es, en verdad, tu sinfonía escrita. Las estrellas que Teresa cruza en su nave son las mismas que brillan sobre ti cuando practicas, y la magia de Urda es el eco fantástico de la magia real que creas cada vez que deslizas el arco.
Gracias por prestar tu talento al universo de este cuento. Eres, y siempre serás, la primera ciudadana de Urda.
Con todo mi amor, tu tía Elena.
