Paseo Machadiano

Poema dedicado a Antonio Machado: «Senderos de paz y amor» 
 
Inspirado en la naturaleza, la paz y el amor, al estilo de María Elena López de la Cuadra 
 
«Senderos de paz y amor «
 
En el silencio de la tarde clara, 
donde el viento susurra entre los pinos, 
caminante, tu huella se desliza 
sobre la tierra que el rocío besa. 
 
El río Duero, manso y sereno, 
teje su canto en la quietud del campo, 
mientras las cigüeñas, altivas y libres, 
dibujan sueños en el cielo azul. 
 
Oh, Machado, poeta de Castilla, 
tus versos son como el agua que fluye, 
llevando en su corriente la memoria 
de amores que el tiempo no borró. 
 
En la sombra del olmo, aún se escucha 
el eco de tu voz, dulce y profunda, 
hablando de la vida, de la muerte, 
de la paz que se esconde en cada flor. 
 
La primavera, tímida y callada, 
viste de verde el alma de la tierra, 
y en cada rosa, en cada margarita, 
se enciende el fuego de tu eterno amor. 
 
Caminante, no hay camino, 
pero en cada paso, la vida florece. 
La paz es un sendero que se abre 
cuando el corazón late en armonía. 

 
Notas del poema: 
Este poema rinde homenaje a Antonio Machado, inspirándose en su estilo lírico y su conexión con la naturaleza, la paz y el amor. Se utilizan elementos recurrentes en su obra, como el río Duero, los olmos, las cigüeñas y la primavera, para evocar la esencia de su poesía. La estructura combina versos libres con imágenes sensoriales, buscando transmitir la serenidad y la profundidad que caracterizan su legado . 
 
El poema también refleja la influencia de María Elena López de la Cuadra, con un lenguaje delicado y evocador, que invita a la reflexión y a la conexión con lo divino a través de la naturaleza . 

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